lunes, 5 de enero de 2009

Prueba uno.

Tengo una incomodidad que vengo sintiendo desde hace ya algunos días, y siempre termino acá. Me resulta tan confortable taparme entre estas palabras, es como cuando te cubrís los pies a mitad de una noche de invierno. Siento como una pesadez, me duele la mandíbula (me pasó desde siempre), me molestan los dedos… Y siempre fui tan mala para expresar mis sentimientos de modo ligero, simple y rápido. No puedo y aquí es donde me hundo. Tengo mucho calor y necesito refrescarme entre letras. Y a decir verdad, no me interesa buscar las más apropiadas (tampoco se si eso es posible), así es como están fluyendo, se escapan de la yema de mis dedos, corren como quisiera hacerlo yo en este momento. No se por qué. Por qué no puedo ir, decir y decidir, ahora, instantáneamente. Y estos son los minutos en los que los vientos soplan más fuertes que nunca formando olas gigantescas, y el cielo se pinta de azul ultramar, y yo mojada quedo totalmente sumergida. Llego casi hasta lo más profundo, pero como siempre la presión me devuelve a la superficie, superficie que claramente me he creado yo misma gracias a la comodidad, ignorancia y conformidad que siempre me han acompañado. Ni siquiera puedo explicar de modo casi completo la razón de mis escritos. Palabras conjuntas sin significado relevante en estos casos tales en que el aire se torna más denso, la respiración más rápida y el calor más presente. Qué se yo, no sé, no sé… Pero de vez en cuando sé algunas cosas, me siento segura unos cuantos segundos, puede ser que ellos se pasen muy rápido, pero se suceden, indefectiblemente. Porque como bien sé, no todos los segundos son iguales. Están esos que parecen jamás terminar, esos que se repiten (y si se repiten por la simple razón de la subjetividad temporal), están esos que se olvidan apenas finalizan, esos que se congelan, esos que parecen jamás suceder y también existen de los que parecieron jamás ocupar lugar. Segundos que reflejan las contradicciones personales, sus miedos, su pasado, su presente y por qué no su futuro ( el lector puede sacar deducciones, son subjetivas, ya lo sabe). Segundos que forman un todo. Segundos que no lo son, o que si. Segundos en lo que podrás haber sentido lo mismo que yo. Tal vez segundos en los que mi casi fin solidario se haya hecho realidad de algún modo en quien desmenuce oraciones.

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