miércoles, 29 de abril de 2009

FRÁGIL.es.


La necesidad de buscar a otros se esconde y a su vez se muestra decidida en el uso de la primera persona del singular. Escribo desde el “yo”, pero tampoco soy “yo” realmente, es un “yo ficticio”, y ojala se tome como tal. Pero el análisis no es tan corto, porque suelo usar el “nosotros” también, es evidente que canalizo por ese lado, usando caretas nos es más fácil confesar nuestros verdaderos sentimientos, o esas ganas indiscutibles de sentirlos. El carnaval no dura tan sólo unos meses. Ya ves, nos gustas sentirnos como esas cajas que guardan copitas de cristal, “FRÁGIL”, buscamos abrazos de verdad, no de esos que surgen después de un chiste muy bueno, o a modo de perdón después de un insulto, eso es más de lo mismo, terminan tirados en el mismo lugar que las lágrimas de compromiso y la mayoría de las charlas en las paradas de colectivo. Ya ves, necesitamos y necesitamos necesitar. Nos gusta mojarnos para que alguien caiga luego con un paraguas, cuando la lluvia haya cesado. Nos gusta imaginar y llorar en la imaginación, llorar por las cosas de ayer y de hace un rato es mucho más difícil, es la seguridad del querer querer sin querer de verdad, no sea cosa que queramos de verdad y lloremos de verdad cuando sintamos verdadera traición. Son deseos de… que se han implementado desde arriba sobre nuestra cabeza, somos como las alcancías, de imaginación, de deseos, resignaciones y de todo un poco, que ya lo sabes. Nos encanta sentirnos susceptibles y chiquitos para que dos brazos enormes nos levanten y rodeen hasta reír, qué bien se siente. Se empieza por imaginación y sólo a veces logra materializarse en estos tipos de abrazos, tal vez ambas cosas no sean tan lejanas una de la otra. Tal vez se continúen y se enrosquen como los fideos, y nosotros seamos los que los revuelven y revuelven hasta que se enfríen. Y tenemos hambre, todo el tiempo, queremos tenerlo, si cuando nos ofrecieron dijimos que no, gracias. Y es amor, es amor, ni solos ni acompañados puede evadirse. Y confesiones de las ganas de contar de todo un poco, un poco más para el montón de cosas, y decime entonces hasta qué punto está tan mal ese montón, quién fue aquel que empezó por despreciar esa concepción. Lo amplio, es montón, las personas, también. Pero mirá que justo hablamos de nosotros, separados, distinciones individualistas, ser mejor tal vez no nos separaría del montón. Y frágiles somos todos, así que por este ahora postergado, sería mejor tomarnos de la mano y hacer equilibrio sobre las copitas de cristal.

viernes, 17 de abril de 2009

Letras más letras


Es evidente que las palabras ocultan muchas cosas, ya es una certeza el decir que se aliaron con la tristeza y la alegría desde sus comienzos. Están todas guardadas en las alcantarillas más oscuras. Son dominadas y dominantes. Sacuden las cosas a su antojo. Creadas a partir de un mismo origen hoy rigen todo lo que a su par conllevan. Convocan audiencia con la que marchan a paso firme. Todo no es lo mismo. Quiero un cambio de verdad,¿me ayudás?. Y ahí van marchando derechito. Se enlazan como los nervios y flotan constantemente sin pelear con la gravedad. Así son, se hacen solas y con ayuda. He muerto herida de palabras. Mientras caía estas crecían, se alimentaban de lo que fue. He matado con palabras, seguramente fueron las mismas, o sus sinónimos. Me he perdido cuando dijeron lo que dijeron y me he encontrado cuando callaron las palabras restantes. Así es, ni más ni menos, ya lo sabemos. Nutridas de uno y de muchos se andan sin ciudado, manejadas por lo represores más temerarios y los justicieros más fieles, las vivas se entrecruzan y generan ejércitos, y ahí marchan contorneando el mundo, lo que fue y será...

miércoles, 8 de abril de 2009

I love Argentina

Mirá como camina, derritiéndose a cada paso, calculando cada movimiento para dar aspecto de desinterés. Seguramente arrastra los pies porque va en contra del sistema, pies vestidos de unas zapatillas muy cool, que mezclan y combinan los colores más up. Pero ojo, al piojo si, que la política le interesa y quiere cambiar el mundo, y antes de dormir se encierra en su pieza con su televisión para no perderse uno de los capítulos de su novela preferida, la cual niega afirmando que mira Discovery, National Geographic y por supuesto canal 7. Ama el cine nacional pero cuando sale con los chicos solo va al Hoyts General Cinema, o como se llame. Es muy pro, escucha lo último de la música inglesa y la fusión de bases electrónicas con una mezcla de rock del bueno y unas gotas de anda a saber qué, le rompen la cabeza. No entiende media de la letra pero el ritmito de atrás es buenísimo, aparte sus videos son re flasheros. Se codea con los “under” y los “no me importa nada” pero en su interior no quiere viajar más en tren y evadir a cada nene que les da una tarjetita a cambio de una o algunas monedas. Si obvio seguro ese nene después va y hace cualquier cosa con esa plata, no obvio que el tipo que dice que es enfermo no lo es, segurísimo, por qué no se va a trabajar o a estudiar. Ojo no te digo que sean todos así pero no siempre es verdad tampoco, no podés ir regalando por ahí todo el tiempo. Obvio que podés prender tu i.pod, ponerte tus anteojos extra extra grandes y ay! Ay! Ay.not.dead.
Y falta poco para votar, obvio que se tira por la izquierda, aunque quiere pena de muerte y que se baje la edad de imputabililidad, si acá no se hace nada igual. Su viejo es abogado, su mamá atiende un negocio propio de cotillón, cansados de la inseguridad afirman que las cosas cada vez están peor. ¿Y la culpa? El gobierno obvio. Mientras tanto lee algo del Clarín que quedo del domingo, declarándose sin ninguna duda en contra del gobierno y a favor de la paz que va a gestarla por ahí, ¿y cómo? No se, que se yo, la historia la escucha pero no le interesa mucho, las matemáticas le salen muy bien pero las usa para cortar tela para copiar diseños de la ropa más copada, es una creativa bárbara, tal vez exponga en alguna feria copada de BA. Aunque su sueño es irse a la mierda, quiebra la muñeca para fumar cigarrillo y baja los párpados para que parezcan cansados, cansados de qué, de no ver que debajo de sus zapatillas varias hormigas quedaron aplastadas, que en su patio trasero se enterraron todas las sortijas de calesita que jamás regresaron, que su arco iris termina atrás del edificio de enfrente. Pero es buena eh, cede sus ropas viejas para tapar a gente de la calle, gente de la calle si, se reconforta y desea que todos algún día vivamos felices, que no vuelva Menem, y viva Perón, Hollywood y que los negros y los blancos seamos al fin amigos de verdad, que no haya más pobreza porque uno que se gana la plata en buena ley y onda que no llegás, no llegás. Ojo, al piojo si, que no es mala eh, es re copada, es una freak!, y cuando hablé de victimas del Estado, no estaba tan equivocada, me refería a vos también, y a la raza humana, si a una sola, única. Sólo relato lo que vi, lo que se. Un relato hecho y derecho.

miércoles, 1 de abril de 2009

Próximamente abril.


Se levantó de la silla y se arrodilló junto a la ventana. El otoño había llegado, las plantas lo supieron antes que él. La verdad no se si es por supervivencia inconciente, al igual que el respirar mismo, pero lo saben. Tiñen los pisos de rojo y se destiñen hasta llegar al amarillo. Forman colchones para que no duela tanto el frío cuando se quiebran las piernas. Tapan las baldosas para que dejemos de fracasar al intentar no pisar las líneas de estas sin mirarlas. Se desnudan para arropar a las hormigas y hacen enojar todas las mañanas al viejo de al lado, que con su columna espiraleada luchará con su ecoba o rastrillo por despejar la vereda. Es como si los marrones se aliaran con un sol más cansado y en conjunción con el viento hicieran bailar a las hojas, secas de lo que fueron.

Le podrán decir que el otoño es triste, nostálgico, solitario como el tronco que ahora se encuentra sin su verde compañía, y tendrán razón. Pero cuántos otoños robó en verano para manchar las hojas de su libro preferido, o del libro más viejo. Pero cuánto tiempo lo has esperado para tan sólo probarte la bufanda que tejió tu abuela, usarla una o dos veces y esperar la siguiente estación, esta viene con vacaciones. El otoño es otoño porque lo es, consecuencia de un tiempo que no duerme y un sur que a veces tiene sus cálidos. Sin embargo los colores más cálidos están ahora, será cuestión de abrigarse y salir a pintarlos.

Esperará con ansias que el árbol de enfrente quede solo, por ahora una chocolatada, una ventana y un sol que parecerá aún más viejo cuando crujan las veredas sin flores.