lunes, 9 de marzo de 2009

Consuelos personales

Pensar que siempre renegué de los creyentes en el destino, de los que afirman “Y si pasó fue por algo”, “Ves que algunas cosas pasan porque tiene que pasar” o “Y tenía que morirse sí o sí pobrecito”. Siempre opté por aceptar que las cosas suceden por las acciones del hombre, así simple y sencillamente. Causa y efecto peleando por un lugar en un círculo de vida. Un punto de vista, una mirada subjetiva del asunto. Y así fue que replanteándome todas estas cosas vi como te ibas alejando con tu bicicleta de la vereda de mi casa. Te miré hasta que doblaste la esquina. Me había quedado con esa sensación de insatisfacción que aparece cuando uno no termina de decir todo lo que le gustaría haber dicho. Por eso apenas doblaste, me acerqué hasta mi calle, miré hacia ambos lados. No había ningún auto, era uno de los domingos más tristemente tranquilos del año. Entonces me dije a mi misma que si dentro de los cinco segundos siguientes a tu partida pasaba un auto, era porque regresarías y me dirías lo que quería escuchar; si por el contrario el auto no pasaba era porque nada había para decir. Conté hasta cinco y no pasó ningún auto. Me di media vuelta y cuando estaba por girar el picaporte me gritaste. Giré de un modo falsamente desinteresado, y te miré, no dije nada. Detuviste la bici y apoyaste un pie sobre la vereda, me miraste, agarraste tu mochila y de ahí sacaste el CD de música que te había prestado hacía unas semanas. Me acerqué. Y nos reímos juntos unos segundos. Cerraste la mochila y levantaste el pie, apoyándolo posteriormente en el pedal. Y te fuiste, doblaste nuevamente. Sólo unas meras risas. Entré a mi casa agradeciéndome la ausencia de un auto dentro de esos cinco segundos en los que parece que el tiempo se para o que los sonidos son menos fuertes.
Consuelos personales, es tan difícil deshacerse de ellos…

1 comentario:

María Macarena dijo...

Hay una canciòn (de Ismael creo) que dice ''la excusa màs cobarde es culpar al destino''. Y tambièn lo veo asì como vos decìs, como un ''consuelo personal''. Y claro que alguna vez tambièn tratè de consolarme con eso, jaja
Que estè bien Fio.